LA HABANA.- Cuba dio otro paso el domingo hacia el final de la era Castro, con millones de personas sufragando para elegir delegados a asambleas municipales.

Pero el primer vicepresidente Miguel Díaz Canel, considerado ampliamente como próximo presidente de Cuba, rechazó en tono desafiante las exigencias de un cambio en el sistema unipartidista de la isla.

Grupos disidentes dijeron que un número histórico de sus simpatizantes intentaron postularse este año, pero los agentes de Seguridad del Estado se los impidieron al no permitirles asistir a las asambleas de barrio en las que se eligen los candidatos.

Alrededor de 27.000 candidatos compiten por 12.515 puestos de delegados a las asambleas municipales en la elección del domingo, la única parte del proceso electoral que es disputada públicamente y con directa participación de los cubanos.

La votación se produce el día después del primer aniversario de la muerte del líder de la Revolución Fidel Castro y precede a otra elección a inicios del próximo año para delegados de asambleas provinciales y nacionales.

La nueva asamblea nacional, donde un 50 por ciento de los diputados deben ser delegados municipales elegidos el domingo, se celebraría el 24 de febrero para elegir a un nuevo presidente que suceda a Raúl Castro, de 86 años y hermano menor de Fidel, quien dijo que dará un paso al costado tras cumplir dos períodos de cinco años al mando.

Raúl se mantendrá como líder del Partido Comunista —la única agrupación política legal en el país— hasta 2021.

Los resultados serán anunciados el lunes y Díaz Canel dijo que estos enviarán un mensaje al mundo.

“¿Un mensaje de qué? De Unidad. Un mensaje de convicción. Una expresión de que este pueblo no se doblega, ni por huracán y mucho menos por presiones externas ni por los anhelos que puedan tener otros de que cambie nuestro sistema”, dijo Díaz Canel.

Los candidatos para las asambleas provinciales y nacional son nominados por comisiones compuestas por representantes de organizaciones bajo control del Partido Comunista y luego presentados en lista para la votación.

Dichas listas han tenido el mismo número de escaños en elecciones previas.

El ciclo electoral se produce en momentos complicados para la isla comunista a medida que la generación revolucionaria va envejeciendo, un programa de reformas económicas parece haberse estancado, la ayuda del aliado clave Venezuela ha menguado y el Gobierno de Donald Trump lanza amenazas.

Sin embargo, ninguno de estos temas fueron debatidos por los candidatos previo a las elecciones.

Consultado sobre las relaciones con Estados Unidos, Díaz-Canel afirmó que Cuba sigue interesada en mejorarlas, pero reiteró su posición de que las negociaciones deberían estar basadas en el respeto mutuo, la igualdad y sin imposiciones.

“Ese futuro no depende de nosotros, depende de ellos”, agregó.